SENCILLEZ Y NATURALIDAD. Con estas dos premisas se pueden definir nuestras sesiones de comunión.
Las sesiones de comunión tienen algo muy especial. No solo celebramos un momento importante para los peques, también retratamos esa mezcla única de ilusión, nervios y sonrisas que lo acompaña todo.
Cada sesión es diferente, porque cada niño y cada familia también lo es. Algunos vienen con mil ideas en la cabeza, otros solo quieren jugar y correr… y yo estoy ahí para capturar justo eso: su forma de ser, su mirada limpia, sus gestos naturales. Nada de posados forzados. Aquí mandan ellos.



Me gusta empezar en casa. En la habitación de los peques, donde guardan sus tesoros, sus libros favoritos, sus dibujos y muñecos. Allí donde todo les resulta familiar y auténtico. Porque antes de vestirse de traje o de vestido, son ellos: curiosos, divertidos, con esa mezcla de niñez y madurez que empieza a asomar.
Las sesiones de comunión no son solo una excusa para hacer fotos bonitas —que también—. Son una forma de guardar para siempre cómo son en este momento tan único. Su risa, su forma de mirar, su manera de estar con su familia.
Después seguimos con lo que más os apetezca: un paseo por algún lugar especial, una tarde en el campo,… Lo importante es que todo fluya y que cada imagen hable de ellos sin forzar nada. Nada de posturas rígidas ni sonrisas ensayadas: aquí se viene a ser uno mismo.
Y si hay hermanos, mascotas o abuelos que quieren unirse, adelante. Cuantos más recuerdos juntos, mejor.
Si buscas una sesión natural, cercana y con alma, estás donde toca.
















Cosas que debéis saber
Aparte de los niños, la familia es, en parte, protagonista tambien, por lo que me gusta que participéis, para que tengáis un recuerdo bonito toda la familia.
Las sesiones las realizo un mes y medio antes, para que así, el día de la comunión podáis tener el álbum y si quereis algún recordatorio. Aunque ultimamente, realizo las sesiones despues del día de la comunión, donde el el niño/a están más relajados y trnaquilos. Además, podemos tener paisajes muy diferentes.